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“Es abuso, cualquier comportamiento encaminado a controlar y subyugar a otro ser humano mediante el recurso al miedo y la humillación y valiéndose de ataques físicos o verbales”. - Susan Forward -

La libertad es una oportunidad para ser mejor

“Siempre hubo en mí, al menos, dos mujeres una mujer desesperada y perpleja que siente que se está ahogando y otra que salta a la acción, como si fuera un escenario, disimulando sus verdaderas emociones porque ellas son la debilidad, la impotencia, la desesperación y presenta al mundo sólo una sonrisa,ímpetu,curiosidad,entusiasmo,interés”.-Anais Nin-


sábado, 19 de enero de 2013

Un PUZZLE de mí ಥ_ಥ

     Y podré algún día
      encajar las piezas? 

 



                                 Dolor, miedo, angustia…
                          resuenan como ecos apagados
                          tiempo atrás en el pasado,
                          aunque lejano, no olvidado.

                          Vida malgastada, lágrimas derramadas,
                          silencios hechos de promesas  huecas
                          viviendo en cárceles sin rejas,
                          donde bastaba la mirada.

                          Existencia fragmentada, sin esperanza,
                          la destrucción, el motor de tu vida.

                          Implacable y brutal,
                          rumbo fijo e inalterable,
                          sinsentido de una existencia vacía y precaria.

                          Dañando con tu venganza,
                          a ese niño,
                          tu hijo, para con ello,
                          seguirme dañando a mí.

                          Ahora es tiempo de recoger
                          lo que se ha sembrado.

                          Triste destino el tuyo,
                          el de un ser sin alma, incapaz de amar.
                          Me levanto hoy y puedo decir:
                          que miro al futuro con esperanza.
   
                                                        ❀◕‿◕❀ threisa.

domingo, 6 de enero de 2013

La mala uva



MAR Gómez 06/01/2013

Aún la tengo atravesada en la garganta, era mala mala de verdad, como una especie de medusa viscosa y reptante que se enrosca sin piedad hacia el final de la lengua y juguetea en una especie de sube y baja que no se rían, ha dado con más de uno la noche primera del año en las urgencias de un hospital público. Las uvas son para el otoño el frío las arrebata y vuelve malas. La mala uva es esa que te entra cuando ves que han pasado seis días del año nuevo sin noticias del INEM o del amor que te abandonó allá por el fatídico 2012 que por cierto también se fue con viento fresco.
La mala uva te corroe por dentro cuando miras atrás y compruebas la violencia del tiempo en tu semblante, los surcos de la memoria entre las sienes y las enormes bolsas bajo tus ojos por culpa de tanta lágrima no derramada. Mala uva que da mirarte al espejo y no reconocerte por las mañanas. Lo comento cada día con una amiga que tiene auténticas cosechas de mala uva. Ella contempló el hundimiento de su relación en el supuesto año del fin del mundo, o sea el año que acabamos de tirar por el sumidero sin contemplaciones. Mira que te lo venía avisando, que esto se termina, que os veo fatal, que algo os pasa, y tu que no erre que erre, que si eran imaginaciones mías, que todo los tíos no son iguales, que hay relaciones maravillosas a golpe de mando a distancia, que yo no tengo ni idea porque vivo en mi mundo de colorín colorado y etc etc etc...
¡Pues ala! Que me llama el día primero de 2013 y me dice la muy pobre que tiene una mala uva que no puede con la vida, que se quiere morir y que nunca más un tío va a jugar con ella y tal y tal, todo ese rollo que sigue a una ruptura sentimental. Y no es que la noche anterior se le atragantaran las uvas, no que va que va, es que su pareja había aprovechado el alboroto que producen los 28 segundos exactos antes de la media noche justo cuando cae la gran bola que precede a las doce campanadas para armarse de valor y decirle adiós mediante un whatsapp:
XLOS CUARTOSx "Lo nuestro no funciona, estoy mejor sin ti y seguro que tu también sin mi estarás mejor. La decisión de pasar las Navidades separados ha sido un acierto, he visto desde la distancia nuestra vida en pareja y era un auténtico fraude, reconoce que ya nada es como al principio, que ya no nos emocionaban las mismas cosas, y que había días-demasiados días en los que ni siquiera cruzábamos una palabra. UNA: tú ya no me llamabas "pajarito" y yo hacía un año que no te llamaba "mi cosita".
DOS: acuérdate que tampoco llamaste por mi cumpleaños y que yo olvidé comprarte las rosas de siempre en el tuyo. TRES: un día te pregunté la hora y me dijiste que tarde, muy tarde. CUATRO: no paseábamos de la mano ni descalzos por el parque. CINCO: Cada vez llegábamos más tarde del trabajo para no vernos. SEIS: dejaste de llenar la nevera con los yogures griegos que tanto me gustaban. SIETE: me llamaste gordo y fofo a consecuencia de esos yogures. OCHO: te negaste a venir conmigo al gimnasio. NUEVE: los fines de semana salías con tus amigas porque los exfumadores según tu, somos un rollo. DIEZ: no nos acariciábamos. ONCE: no nos besábamos...
¡Y DOCE! La mala uva, la uva más amarga, la uva que te deja el sabor de todas las resacas imaginables, la uva que se lleva de cuajo el calendario de la pared y lo arranca sin piedad de una casa en la que ya no habita el amor y la armonía. La mala uva, la uva de la ira, la uva que envenenó la cepa y luego todas las reservas. DOOOOCEEE: no nos echábamos de menos". Fin del whatsapp. Fin del año en que a mi amiga la dejó plantada su amor de toda la vida.
FELIZ AÑO NUEVO te grité emocionada mientras leías una y otra vez el interminable whatsapp de la mala suerte, infeliz 2013 me dijiste mientras en mi casa la alegría se desbordaba en forma de burbuja y los besos se amontonaban entre las bandejas de fruta escarchada. No me di cuenta de nada me decías entre el ensordecedor ruido de cohetes y pitos que inundaban como un torrente las calles. Pasabas mucho de él te gritaba yo aún más fuerte por el teléfono. ¿Qué puedo hacer ahora? me preguntabas desconsolada. Nada... aguantar, te contesté. Y tú que vaya mala uva hacerte esto la última noche del año. La última noche de lo vuestro te dije yo entre dientes intentando tragar mis últimas uvas sin morir en el intento.
El timbre de la puerta sonaba sin cesar, te dejo, hablamos mañana tengo invitados y tú llorando erre que erre. Ding donggg, abrí temblando la puerta y allí plantado como un caballero que viene a salvarte la vida estaba él. Por fin se hizo realidad, se armó de valor y vía whatsapp terminó con ella para estar conmigo y ahí comprendí que era yo, que siempre había sido yo la mala uva.
*La autora es periodista.