Aprender por qué se mueve el mundo y lo que
hace que se mueva. Es lo único que la inteligencia no puede agotar, ni alienar,
que nunca lo torturará, que nunca le inspirará miedo ni desconfianza y que
nunca soñará con lamentar, de la que nunca se arrepentirá. Aprender es lo que
te conviene. Mira la cantidad de cosas que puedes aprender: la ciencia pura, la
única pureza que existe. Entonces puedes aprender astronomía en el espacio de
una vida, historia natural en tres, literatura en seis. Y entonces después de haber
agotado un millón de vidas en biología y medicina y teología y geografía e
historia y economía, pues entonces, puedes empezar a hacer una rueda de carreta
con la madera apropiada, o pasar cincuenta años aprendiendo a vencer a tu
contrincante en esgrima. Y después de eso, puedes empezar de nuevo con las
matemáticas hasta que sea tiempo de aprender a arar la tierra”.
Terence
White, The Once and Future King, Putnam’s Sons, N.Y., 1958.